Documento 171   Paper 171
En el camino de Jerusalén   On the Way to Jerusalem
171:0.1 (1867.1) UN DÍA después del memorable sermón sobre «el reino de los cielos», Jesús anunció que partiría al día siguiente con los apóstoles para asistir a la Pascua en Jerusalén, visitando de camino numerosas ciudades del sur de Perea.   171:0.1 (1867.1) THE day after the memorable sermon on “The Kingdom of Heaven,” Jesus announced that on the following day he and the apostles would depart for the Passover at Jerusalem, visiting numerous cities in southern Perea on the way.
171:0.2 (1867.2) La alocución sobre el reino y el anuncio de que iría a la Pascua, hicieron que todos sus seguidores creyeran que subía a Jerusalén para inaugurar el reino temporal de la supremacía judía. Independientemente de lo que Jesús dijera sobre el carácter no material del reino, no podía apartar por completo de la mente de sus oyentes judíos la idea de que el Mesías tenía que establecer algún tipo de gobierno nacionalista con sede en Jerusalén.   171:0.2 (1867.2) The address on the kingdom and the announcement that he was going to the Passover set all his followers to thinking that he was going up to Jerusalem to inaugurate the temporal kingdom of Jewish supremacy. No matter what Jesus said about the nonmaterial character of the kingdom, he could not wholly remove from the minds of his Jewish hearers the idea that the Messiah was to establish some kind of nationalistic government with headquarters at Jerusalem.
171:0.3 (1867.3) Lo que Jesús dijo en su sermón del sábado sólo contribuyó a confundir a la mayoría de sus seguidores; muy pocos de ellos vieron las cosas más claras con el discurso del Maestro. Los líderes comprendieron algo de sus enseñanzas sobre el reino interior, «el reino de los cielos dentro de vosotros», pero también sabían que había hablado de otro reino futuro, y creían que ahora iba a subir a Jerusalén para establecer dicho reino. Cuando esta expectativa sufrió una decepción, cuando el Maestro fue rechazado por los judíos, y cuando más tarde, Jerusalén fue literalmente destruida, continuaron aferrados a esta esperanza, creyendo sinceramente que el Maestro regresaría pronto al mundo, con un gran poder y una gloria majestuosa, para establecer el reino prometido.   171:0.3 (1867.3) What Jesus said in his Sabbath sermon only tended to confuse the majority of his followers; very few were enlightened by the Master’s discourse. The leaders understood something of his teachings regarding the inner kingdom, “the kingdom of heaven within you,” but they also knew that he had spoken about another and future kingdom, and it was this kingdom they believed he was now going up to Jerusalem to establish. When they were disappointed in this expectation, when he was rejected by the Jews, and later on, when Jerusalem was literally destroyed, they still clung to this hope, sincerely believing that the Master would soon return to the world in great power and majestic glory to establish the promised kingdom.
171:0.4 (1867.4) Este domingo por la tarde fue cuando Salomé, la madre de Santiago y de Juan Zebedeo, se acercó a Jesús con sus dos hijos apóstoles a la manera en que uno se acerca a un potentado oriental; intentó que Jesús le prometiera de antemano que le concedería cualquier cosa que ella le pidiera. Pero el Maestro no quiso prometer nada; en lugar de eso, le preguntó: «¿Qué deseas que haga por ti?» Entonces Salomé respondió: «Maestro, ahora que vas a subir a Jerusalén para establecer el reino, quisiera pedirte que me prometas por anticipado que estos hijos míos serán honrados contigo, sentándose uno a tu derecha y el otro a tu izquierda en tu reino.»   171:0.4 (1867.4) It was on this Sunday afternoon that Salome the mother of James and John Zebedee came to Jesus with her two apostle sons and, in the manner of approaching an Oriental potentate, sought to have Jesus promise in advance to grant whatever request she might make. But the Master would not promise; instead, he asked her, “What do you want me to do for you?” Then answered Salome: “Master, now that you are going up to Jerusalem to establish the kingdom, I would ask you in advance to promise me that these my sons shall have honor with you, the one to sit on your right hand and the other to sit on your left hand in your kingdom.”
171:0.5 (1867.5) Cuando Jesús escuchó la petición de Salomé, dijo: «Mujer, no sabes lo que pides.» Luego, clavando la mirada en los ojos de los dos apóstoles que buscaban honores, dijo: «Porque os conozco y os amo desde hace mucho tiempo, porque he vivido incluso en la casa de vuestra madre, porque Andrés os ha encargado de que estéis conmigo en todo momento, por esa razón permitís que vuestra madre venga a verme en secreto para hacerme esta petición improcedente. Pero dejad que os pregunte: ¿Sois capaces de beber la copa que estoy a punto de beber?» Y sin pararse a reflexionar, Santiago y Juan contestaron: «Sí, Maestro, somos capaces.» Jesús dijo: «Me entristece ver que no sabéis por qué vamos a Jerusalén; me apena que no comprendáis la naturaleza de mi reino; me decepciona que traigáis a vuestra madre para que me haga esta petición; pero sé que me amáis en vuestro corazón; por eso os declaro que beberéis en verdad mi copa de amargura y compartiréis mi humillación, pero no me corresponde concederos que os sentéis a mi derecha o a mi izquierda. Esos honores están reservados para aquellos que han sido designados por mi Padre.»   171:0.5 (1867.5) When Jesus heard Salome’s request, he said: “Woman, you know not what you ask.” And then, looking straight into the eyes of the two honor-seeking apostles, he said: “Because I have long known and loved you; because I have even lived in your mother’s house; because Andrew has assigned you to be with me at all times; therefore do you permit your mother to come to me secretly, making this unseemly request. But let me ask you: Are you able to drink the cup I am about to drink?” And without a moment for thought, James and John answered, “Yes, Master, we are able.” Said Jesus: “I am saddened that you know not why we go up to Jerusalem; I am grieved that you understand not the nature of my kingdom; I am disappointed that you bring your mother to make this request of me; but I know you love me in your hearts; therefore I declare that you shall indeed drink of my cup of bitterness and share in my humiliation, but to sit on my right hand and on my left hand is not mine to give. Such honors are reserved for those who have been designated by my Father.”
171:0.6 (1868.1) Para entonces, alguien había comunicado la noticia de esta conversación a Pedro y a los demás apóstoles, y estaban muy indignados porque Santiago y Juan hubieran intentado ser preferidos antes que ellos, y hubieran ido en secreto con su madre para hacer esta petición. Cuando empezaron a discutir entre ellos, Jesús los reunió a todos y dijo: «Comprendéis muy bien cómo los gobernantes de los gentiles tratan con prepotencia a sus súbditos, y cómo los grandes ejercen su autoridad. Pero no será así en el reino de los cielos. Si alguien quiere ser grande entre vosotros, que se vuelva primero vuestro servidor. El que quiera ser el primero en el reino, que se ponga a vuestro servicio. Os afirmo que el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir. Y ahora voy a Jerusalén para dar mi vida haciendo la voluntad del Padre, y sirviendo a mis hermanos.» Cuando los apóstoles escucharon estas palabras, se retiraron a solas para orar. Aquella noche, en respuesta a los esfuerzos de Pedro, Santiago y Juan se disculparon adecuadamente ante los diez y restablecieron sus buenas relaciones con sus hermanos.   171:0.6 (1868.1) By this time someone had carried word of this conference to Peter and the other apostles, and they were highly indignant that James and John would seek to be preferred before them, and that they would secretly go with their mother to make such a request. When they fell to arguing among themselves, Jesus called them all together and said: “You well understand how the rulers of the gentiles lord it over their subjects, and how those who are great exercise authority. But it shall not be so in the kingdom of heaven. Whosoever would be great among you, let him first become your servant. He who would be first in the kingdom, let him become your minister. I declare to you that the Son of Man came not to be ministered to but to minister; and I now go up to Jerusalem to lay down my life in the doing of the Father’s will and in the service of my brethren.” When the apostles heard these words, they withdrew by themselves to pray. That evening, in response to the labors of Peter, James and John made suitable apologies to the ten and were restored to the good graces of their brethren.
171:0.7 (1868.2) Al solicitar un lugar a la derecha y a la izquierda de Jesús en Jerusalén, los hijos de Zebedeo poco podían imaginar que en menos de un mes su amado maestro estaría colgado en una cruz romana, con un ladrón moribundo a un lado y otro infractor al otro lado. Y la madre de ellos, que estuvo presente en la crucifixión, recordó muy bien la tonta petición que había hecho a Jesús en Pella en relación con los honores que tan imprudentemente había buscado para sus hijos apóstoles.   171:0.7 (1868.2) In asking for places on the right hand and on the left hand of Jesus at Jerusalem, the sons of Zebedee little realized that in less than one month their beloved teacher would be hanging on a Roman cross with a dying thief on one side and another transgressor on the other side. And their mother, who was present at the crucifixion, well remembered the foolish request she had made of Jesus at Pella regarding the honors she so unwisely sought for her apostle sons.
1. La partida de Pella ^top   1. The Departure from Pella ^top
171:1.1 (1868.3) El lunes 13 de marzo por la mañana, Jesús y sus doce apóstoles se despidieron definitivamente del campamento de Pella, y partieron hacia el sur en su gira por las ciudades de la Perea meridional, donde los asociados de Abner estaban trabajando. Pasaron más de dos semanas visitando a los setenta, y luego fueron directamente a Jerusalén para la Pascua.   171:1.1 (1868.3) On the forenoon of Monday, March 13, Jesus and his twelve apostles took final leave of the Pella encampment, starting south on their tour of the cities of southern Perea, where Abner’s associates were at work. They spent more than two weeks visiting among the seventy and then went directly to Jerusalem for the Passover.
171:1.2 (1868.4) Cuando el Maestro salió de Pella, los discípulos que estaban acampados con los apóstoles, aproximadamente unos mil, lo siguieron. Casi la mitad de este grupo se separó de él en el vado del Jordán, camino de Jericó, cuando se enteraron que se dirigía a Hesbón, y después de que hubiera predicado el sermón sobre «El cálculo del coste». Luego continuaron hasta Jerusalén, mientras que la otra mitad del grupo siguió a Jesús durante dos semanas, visitando las ciudades del sur de Perea.   171:1.2 (1868.4) When the Master left Pella, the disciples encamped with the apostles, about one thousand in number, followed after him. About one half of this group left him at the Jordan ford on the road to Jericho when they learned he was going over to Heshbon, and after he had preached the sermon on “Counting the Cost.” They went on up to Jerusalem, while the other half followed him for two weeks, visiting the towns in southern Perea.
171:1.3 (1868.5) La mayor parte de los seguidores inmediatos de Jesús comprendió, de manera general, que el campamento de Pella había sido abandonado, pero creían realmente que esto indicaba que su Maestro se proponía, por fin, ir a Jerusalén y reclamar el trono de David. Una gran mayoría de sus seguidores nunca fue capaz de captar otro concepto del reino de los cielos; independientemente de lo que Jesús les enseñara, no querían renunciar a esta idea judía del reino.   171:1.3 (1868.5) In a general way, most of Jesus’ immediate followers understood that the camp at Pella had been abandoned, but they really thought this indicated that their Master at last intended to go to Jerusalem and lay claim to David’s throne. A large majority of his followers never were able to grasp any other concept of the kingdom of heaven; no matter what he taught them, they would not give up this Jewish idea of the kingdom.
171:1.4 (1868.6) Siguiendo las instrucciones del apóstol Andrés, David Zebedeo cerró el campamento de los visitantes en Pella el miércoles 15 de marzo. En aquel momento, cerca de cuatro mil visitantes residían allí, sin incluir a más de mil personas que vivían con los apóstoles en un lugar conocido como el «campamento de los instructores», y que acompañaron a Jesús y los doce hacia el sur. Aunque detestaba tener que hacerlo, David vendió todo el equipo a numerosos compradores y se dirigió con los fondos a Jerusalén, entregando posteriormente el dinero a Judas Iscariote.   171:1.4 (1868.6) Acting on the instructions of the Apostle Andrew, David Zebedee closed the visitors’ camp at Pella on Wednesday, March 15. At this time almost four thousand visitors were in residence, and this does not include the one thousand and more persons who sojourned with the apostles at what was known as the teachers’ camp, and who went south with Jesus and the twelve. Much as David disliked to do it, he sold the entire equipment to numerous buyers and proceeded with the funds to Jerusalem, subsequently turning the money over to Judas Iscariot.
171:1.5 (1869.1) David estuvo presente en Jerusalén durante la última semana trágica, y se llevó a su madre con él a Betsaida después de la crucifixión. Mientras esperaba a Jesús y a los apóstoles, David se detuvo en casa de Lázaro en Betania y se sintió enormemente perturbado por la manera en que los fariseos habían empezado a perseguirlo y a agobiarlo desde su resurrección. Andrés había ordenado a David que suspendiera el servicio de mensajeros, y todos interpretaron esto como una indicación de que el reino se iba a establecer pronto en Jerusalén. David se encontraba sin ocupación, y casi tenía decidido convertirse en el defensor autodesignado de Lázaro, cuando de pronto el objeto de su indignada preocupación huyó precipitadamente a Filadelfia. En consecuencia, algún tiempo después de la resurrección de Jesús y también de la muerte de su madre, David se fue a Filadelfia, no sin antes haber ayudado a Marta y María a vender sus propiedades. Allí pasó el resto de su vida en asociación con Abner y Lázaro, convirtiéndose en el supervisor financiero de todos los numerosos intereses del reino que tuvieron su centro en Filadelfia durante la vida de Abner.   171:1.5 (1869.1) David was present in Jerusalem during the tragic last week, taking his mother back with him to Bethsaida after the crucifixion. While awaiting Jesus and the apostles, David stopped with Lazarus at Bethany and became tremendously agitated by the manner in which the Pharisees had begun to persecute and harass him since his resurrection. Andrew had directed David to discontinue the messenger service; and this was construed by all as an indication of the early establishment of the kingdom at Jerusalem. David found himself without a job, and he had about decided to become the self-appointed defender of Lazarus when presently the object of his indignant solicitude fled in haste to Philadelphia. Accordingly, sometime after the resurrection and also after the death of his mother, David betook himself to Philadelphia, having first assisted Martha and Mary in disposing of their real estate; and there, in association with Abner and Lazarus, he spent the remainder of his life, becoming the financial overseer of all those large interests of the kingdom which had their center at Philadelphia during the lifetime of Abner.
171:1.6 (1869.2) Poco tiempo después de la destrucción de Jerusalén, Antioquía se volvió la sede del cristianismo paulino, mientras que Filadelfia siguió siendo el centro del reino de los cielos según Abner. Desde Antioquía, la versión paulina de las enseñanzas de Jesús y acerca de Jesús se difundió hacia todo el mundo occidental; desde Filadelfia, los misioneros de la versión abneriana del reino de los cielos se extendieron por toda Mesopotamia y Arabia, hasta la época posterior en que estos emisarios inflexibles de las enseñanzas de Jesús fueron arrollados por el ascenso súbito del islam.   171:1.6 (1869.2) Within a short time after the destruction of Jerusalem, Antioch became the headquarters of Pauline Christianity, while Philadelphia remained the center of the Abnerian kingdom of heaven. From Antioch the Pauline version of the teachings of Jesus and about Jesus spread to all the Western world; from Philadelphia the missionaries of the Abnerian version of the kingdom of heaven spread throughout Mesopotamia and Arabia until the later times when these uncompromising emissaries of the teachings of Jesus were overwhelmed by the sudden rise of Islam.
2. El cálculo del coste ^top   2. On Counting the Cost ^top
171:2.1 (1869.3) Cuando Jesús y el grupo de casi mil seguidores llegaron al vado de Betania en el Jordán, llamado a veces Betábara, sus discípulos empezaron a darse cuenta de que no se dirigía directamente a Jerusalén. Mientras dudaban y discutían entre ellos, Jesús se subió en una piedra gigantesca y pronunció el discurso que se conoce como «El cálculo del coste». El Maestro dijo:   171:2.1 (1869.3) When Jesus and the company of almost one thousand followers arrived at the Bethany ford of the Jordan sometimes called Bethabara, his disciples began to realize that he was not going directly to Jerusalem. While they hesitated and debated among themselves, Jesus climbed upon a huge stone and delivered that discourse which has become known as “Counting the Cost.” The Master said:
171:2.2 (1869.4) «De ahora en adelante, los que queréis seguirme debéis estar dispuestos a pagar el precio de una dedicación total a hacer la voluntad de mi Padre. Si queréis ser mis discípulos, debéis estar dispuestos a abandonar padre, madre, esposa, hijos, hermanos y hermanas. Si alguno de vosotros quiere ser ahora mi discípulo, debe estar dispuesto a renunciar incluso a su vida, de la misma manera que el Hijo del Hombre está a punto de ofrecer su vida para completar su misión de hacer la voluntad del Padre en la Tierra y en la carne.   171:2.2 (1869.4) “You who would follow after me from this time on, must be willing to pay the price of wholehearted dedication to the doing of my Father’s will. If you would be my disciples, you must be willing to forsake father, mother, wife, children, brothers, and sisters. If any one of you would now be my disciple, you must be willing to give up even your life just as the Son of Man is about to offer up his life for the completion of the mission of doing the Father’s will on earth and in the flesh.
171:2.3 (1869.5) «Si no estás dispuesto a pagar el precio íntegro, difícilmente puedes ser mi discípulo. Antes de que continuéis, cada uno de vosotros debería sentarse y calcular lo que le cuesta ser mi discípulo. ¿Quién de vosotros emprendería la construcción de una torre de vigilancia en sus tierras, sin sentarse primero a calcular el coste para ver si posee el dinero suficiente para terminarla? Si descuidáis así calcular el gasto, es posible que descubráis, después de haber echado los cimientos, que sois incapaces de terminar lo que habéis empezado. Entonces, todos vuestros vecinos se burlarán de vosotros, diciendo: ‘Mirad, este hombre ha empezado a construir, pero no ha sido capaz de terminar su obra.` Y también, ¿qué rey que se prepara para hacer la guerra a otro rey, no se sienta primero para consultar si con diez mil hombres podrá enfrentarse al que viene contra él con veinte mil? Si el rey no puede enfrentarse con su enemigo porque no está preparado, envía una embajada al otro rey, mientras éste se encuentra aún muy lejos, para preguntarle por las condiciones de paz.   171:2.3 (1869.5) “If you are not willing to pay the full price, you can hardly be my disciple. Before you go further, you should each sit down and count the cost of being my disciple. Which one of you would undertake to build a watchtower on your lands without first sitting down to count up the cost to see whether you had money enough to complete it? If you fail thus to reckon the cost, after you have laid the foundation, you may discover that you are unable to finish that which you have begun, and therefore will all your neighbors mock you, saying, ‘Behold, this man began to build but was unable to finish his work.’ Again, what king, when he prepares to make war upon another king, does not first sit down and take counsel as to whether he will be able, with ten thousand men, to meet him who comes against him with twenty thousand? If the king cannot afford to meet his enemy because he is unprepared, he sends an embassy to this other king, even when he is yet a great way off, asking for terms of peace.
171:2.4 (1870.1) «Ahora es preciso, pues, que cada uno de vosotros se siente y calcule lo que le cuesta ser mi discípulo. De ahora en adelante ya no podrás seguirnos, escuchando las enseñanzas y contemplando las obras; tendrás que enfrentarte con persecuciones encarnizadas y dar testimonio de este evangelio en medio de decepciones aplastantes. Si no estás dispuesto a renunciar a todo lo que eres, y a consagrar todo lo que posees, entonces no eres digno de ser mi discípulo. Si ya te has conquistado a ti mismo dentro de tu corazón, no necesitas tener ningún miedo a esa victoria exterior que pronto tendrás que conseguir cuando el Hijo del Hombre sea rechazado por los principales sacerdotes y los saduceos, y entregado a los incrédulos burlones.   171:2.4 (1870.1) “Now, then, must each of you sit down and count the cost of being my disciple. From now on you will not be able to follow after us, listening to the teaching and beholding the works; you will be required to face bitter persecutions and to bear witness for this gospel in the face of crushing disappointment. If you are unwilling to renounce all that you are and to dedicate all that you have, then are you unworthy to be my disciple. If you have already conquered yourself within your own heart, you need have no fear of that outward victory which you must presently gain when the Son of Man is rejected by the chief priests and the Sadducees and is given into the hands of mocking unbelievers.
171:2.5 (1870.2) «Ahora deberías examinarte y descubrir el motivo que tienes para ser mi discípulo. Si buscas honores y gloria, si tienes inclinaciones mundanas, eres como la sal que ha perdido su sabor. Y cuando aquello que se valora por su sabor salado ha perdido su sabor, ¿con qué se sazonará? Un condimento así es inútil; sólo sirve para ser tirado a la basura. Ya os he advertido que regreséis en paz a vuestros hogares si no estáis dispuestos a beber conmigo la copa que se está preparando. Os he dicho una y otra vez que mi reino no es de este mundo, pero no queréis creerme. El que tenga oídos para oír, que oiga lo que digo.»   171:2.5 (1870.2) “Now should you examine yourself to find out your motive for being my disciple. If you seek honor and glory, if you are worldly minded, you are like the salt when it has lost its savor. And when that which is valued for its saltiness has lost its savor, wherewith shall it be seasoned? Such a condiment is useless; it is fit only to be cast out among the refuse. Now have I warned you to turn back to your homes in peace if you are not willing to drink with me the cup which is being prepared. Again and again have I told you that my kingdom is not of this world, but you will not believe me. He who has ears to hear let him hear what I say.”
171:2.6 (1870.3) Inmediatamente después de decir estas palabras, Jesús, a la cabeza de los doce, partió en dirección a Hesbón, seguido de unas quinientas personas. Después de un breve intervalo, la otra mitad de la multitud continuó hacia Jerusalén. Sus apóstoles, así como los discípulos principales, reflexionaron mucho sobre estas palabras, pero continuaban aferrados a la creencia de que, después de este breve período de adversidad y de prueba, el reino sería sin duda establecido de acuerdo en cierto modo con sus esperanzas tanto tiempo acariciadas.   171:2.6 (1870.3) Immediately after speaking these words, Jesus, leading the twelve, started off on the way to Heshbon, followed by about five hundred. After a brief delay the other half of the multitude went on up to Jerusalem. His apostles, together with the leading disciples, thought much about these words, but still they clung to the belief that, after this brief period of adversity and trial, the kingdom would certainly be set up somewhat in accordance with their long-cherished hopes.
3. La gira por Perea ^top   3. The Perean Tour ^top
171:3.1 (1870.4) Durante más de dos semanas, Jesús y los doce, seguidos por una multitud de varios cientos de discípulos, viajaron por el sur de Perea, visitando todas las ciudades donde trabajaban los setenta. En esta región vivían muchos gentiles, y puesto que pocos de ellos iban a la fiesta de la Pascua en Jerusalén, los mensajeros del reino continuaron sin interrupción su trabajo de enseñanza y de predicación.   171:3.1 (1870.4) For more than two weeks Jesus and the twelve, followed by a crowd of several hundred disciples, journeyed about in southern Perea, visiting all of the towns wherein the seventy labored. Many gentiles lived in this region, and since few were going up to the Passover feast at Jerusalem, the messengers of the kingdom went right on with their work of teaching and preaching.
171:3.2 (1870.5) Jesús se encontró con Abner en Hesbón, y Andrés ordenó que no se interrumpieran los trabajos de los setenta por la fiesta de la Pascua; Jesús aconsejó a los mensajeros que continuaran con su obra, sin prestar ninguna atención a lo que estaba a punto de suceder en Jerusalén. También aconsejó a Abner que permitiera al cuerpo de mujeres, al menos a las que lo desearan, ir a Jerusalén para la Pascua. Ésta fue la última vez que Abner vio a Jesús en la carne. Se despidió de Abner diciéndole: «Hijo mío, sé que serás fiel al reino, y ruego al Padre que te conceda sabiduría para que puedas amar y comprender a tus hermanos.»   171:3.2 (1870.5) Jesus met Abner at Heshbon, and Andrew directed that the labors of the seventy should not be interrupted by the Passover feast; Jesus advised that the messengers should go forward with their work in complete disregard of what was about to happen at Jerusalem. He also counseled Abner to permit the women’s corps, at least such as desired, to go to Jerusalem for the Passover. And this was the last time Abner ever saw Jesus in the flesh. His farewell to Abner was: “My son, I know you will be true to the kingdom, and I pray the Father to grant you wisdom that you may love and understand your brethren.”
171:3.3 (1870.6) Mientras viajaban de ciudad en ciudad, una gran cantidad de sus seguidores los abandonaron para continuar hacia Jerusalén, de tal manera que, cuando Jesús partió para la Pascua, el número de los que lo habían acompañado día tras día se había reducido a menos de doscientos.   171:3.3 (1870.6) As they traveled from city to city, large numbers of their followers deserted to go on to Jerusalem so that, by the time Jesus started for the Passover, the number of those who followed along with him day by day had dwindled to less than two hundred.
171:3.4 (1871.1) Los apóstoles comprendieron que Jesús iba a Jerusalén para la Pascua. Sabían que el sanedrín había difundido un mensaje por todo Israel anunciando que había sido condenado a muerte, y ordenando que cualquiera que supiera dónde estaba informara al sanedrín; sin embargo, a pesar de todo esto, no estaban tan alarmados como cuando Jesús les había anunciado, en Filadelfia, que iba a Betania para ver a Lázaro. Este cambio de actitud, que pasó de un miedo intenso a un estado de discreta expectativa, se debía principalmente a la resurrección de Lázaro. Habían llegado a la conclusión de que Jesús podría, en caso de emergencia, afirmar su poder divino y poner en evidencia a sus enemigos. Esta esperanza, unida a su fe más profunda y madura en la supremacía espiritual de su Maestro, explica el valor exterior demostrado por sus seguidores inmediatos, los cuales se preparaban ahora para seguirlo hasta Jerusalén, haciendo caso omiso de la declaración pública del sanedrín de que debía morir.   171:3.4 (1871.1) The apostles understood that Jesus was going to Jerusalem for the Passover. They knew that the Sanhedrin had broadcast a message to all Israel that he had been condemned to die and directing that anyone knowing his whereabouts should inform the Sanhedrin; and yet, despite all this, they were not so alarmed as they had been when he had announced to them in Philadelphia that he was going to Bethany to see Lazarus. This change of attitude from that of intense fear to a state of hushed expectancy was mostly because of Lazarus’s resurrection. They had reached the conclusion that Jesus might, in an emergency, assert his divine power and put to shame his enemies. This hope, coupled with their more profound and mature faith in the spiritual supremacy of their Master, accounted for the outward courage displayed by his immediate followers, who now made ready to follow him into Jerusalem in the very face of the open declaration of the Sanhedrin that he must die.
171:3.5 (1871.2) La mayoría de los apóstoles y muchos de sus discípulos más allegados no creían que Jesús pudiera morir; como opinaban que él era «la resurrección y la vida», lo consideraban como inmortal y ya triunfante sobre la muerte.   171:3.5 (1871.2) The majority of the apostles and many of his inner disciples did not believe it possible for Jesus to die; they, believing that he was “the resurrection and the life,” regarded him as immortal and already triumphant over death.
4. La enseñanza en Livias ^top   4. Teaching at Livias ^top
171:4.1 (1871.3) El miércoles 29 de marzo al anochecer, Jesús y sus seguidores acamparon en Livias, camino de Jerusalén, después de haber completado su gira por las ciudades del sur de Perea. Durante esta noche en Livias fue cuando Simón Celotes y Simón Pedro, que se habían confabulado para que les entregaran en este lugar más de cien espadas, recibieron y distribuyeron estas armas a todos los que quisieron aceptarlas y llevarlas ocultas debajo de sus mantos. Simón Pedro todavía llevaba su espada la noche en que el Maestro fue traicionado en el jardín.   171:4.1 (1871.3) On Wednesday evening, March 29, Jesus and his followers encamped at Livias on their way to Jerusalem, after having completed their tour of the cities of southern Perea. It was during this night at Livias that Simon Zelotes and Simon Peter, having conspired to have delivered into their hands at this place more than one hundred swords, received and distributed these arms to all who would accept them and wear them concealed beneath their cloaks. Simon Peter was still wearing his sword on the night of the Master’s betrayal in the garden.
171:4.2 (1871.4) El jueves por la mañana temprano, antes de que se despertaran los demás, Jesús llamó a Andrés y le dijo: «¡Despierta a tus hermanos! Tengo algo que decirles.» Jesús sabía lo de las espadas y qué apóstoles habían recibido y llevaban estas armas, pero nunca les reveló que conocía estas cosas. Cuando Andrés hubo despertado a sus compañeros y estos se hubieron reunido, Jesús les dijo: «Hijos míos, habéis estado conmigo mucho tiempo, y os he enseñado muchas cosas que son útiles para esta época, pero ahora quisiera advertiros que no pongáis vuestra confianza en las incertidumbres de la carne ni en las debilidades de la defensa humana, contra las pruebas y aflicciones que nos esperan. Os he reunido aquí a solas para poder deciros una vez más, claramente, que vamos a Jerusalén, donde sabéis que el Hijo del Hombre ya ha sido condenado a muerte. Os digo de nuevo que el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los dirigentes religiosos, los cuales lo condenarán y luego lo entregarán a los gentiles. Y así, se burlarán del Hijo del Hombre, incluso le escupirán y lo azotarán, y lo entregarán a la muerte. Y cuando maten al Hijo del Hombre, no os sintáis consternados, porque os declaro que al tercer día resucitará. Cuidad de vosotros mismos y recordad que os he prevenido.»   171:4.2 (1871.4) Early on Thursday morning before the others were awake, Jesus called Andrew and said: “Awaken your brethren! I have something to say to them.” Jesus knew about the swords and which of his apostles had received and were wearing these weapons, but he never disclosed to them that he knew such things. When Andrew had aroused his associates, and they had assembled off by themselves, Jesus said: “My children, you have been with me a long while, and I have taught you much that is needful for this time, but I would now warn you not to put your trust in the uncertainties of the flesh nor in the frailties of man’s defense against the trials and testing which lie ahead of us. I have called you apart here by yourselves that I may once more plainly tell you that we are going up to Jerusalem, where you know the Son of Man has already been condemned to death. Again am I telling you that the Son of Man will be delivered into the hands of the chief priests and the religious rulers; that they will condemn him and then deliver him into the hands of the gentiles. And so will they mock the Son of Man, even spit upon him and scourge him, and they will deliver him up to death. And when they kill the Son of Man, be not dismayed, for I declare that on the third day he shall rise. Take heed to yourselves and remember that I have forewarned you.”
171:4.3 (1871.5) Los apóstoles se quedaron de nuevo asombrados, anonadados; pero no se decidieron a considerar sus palabras al pie de la letra; no podían comprender que el Maestro quería decir exactamente lo que había dicho. Estaban tan cegados por su creencia persistente en un reino temporal en la Tierra, con sede en Jerusalén, que simplemente no podían — no querían — permitirse el aceptar literalmente las palabras de Jesús. Todo aquel día estuvieron reflexionando sobre lo que el Maestro había querido decir con estas extrañas declaraciones. Pero ninguno se atrevió a preguntarle sobre ellas. Hasta después de la muerte de Jesús, estos apóstoles desconcertados no llegaron a comprender que el Maestro les había hablado por anticipado, clara y directamente, de su crucifixión.   171:4.3 (1871.5) Again were the apostles amazed, stunned; but they could not bring themselves to regard his words as literal; they could not comprehend that the Master meant just what he said. They were so blinded by their persistent belief in the temporal kingdom on earth, with headquarters at Jerusalem, that they simply could not—would not—permit themselves to accept Jesus’ words as literal. They pondered all that day as to what the Master could mean by such strange pronouncements. But none of them dared to ask him a question concerning these statements. Not until after his death did these bewildered apostles wake up to the realization that the Master had spoken to them plainly and directly in anticipation of his crucifixion.
171:4.4 (1872.1) Fue aquí en Livias donde algunos fariseos amistosos vinieron a ver a Jesús poco después del desayuno, y le dijeron: «Huye deprisa de estos lugares, porque Herodes pretende ahora matarte tal como hizo con Juan. Teme un levantamiento del pueblo y ha decidido matarte. Te traemos esta advertencia para que puedas huir.»   171:4.4 (1872.1) It was here at Livias, just after breakfast, that certain friendly Pharisees came to Jesus and said: “Flee in haste from these parts, for Herod, just as he sought John, now seeks to kill you. He fears an uprising of the people and has decided to kill you. We bring you this warning that you may escape.”
171:4.5 (1872.2) Esto era parcialmente cierto. La resurrección de Lázaro había asustado y alarmado a Herodes, y sabiendo que el sanedrín se había atrevido a condenar a Jesús incluso antes de juzgarlo, Herodes había decidido o bien matar a Jesús, o echarlo fuera de su territorio. En realidad deseaba hacer lo segundo, pues le tenía tanto miedo que esperaba no verse obligado a ejecutarlo.   171:4.5 (1872.2) And this was partly true. The resurrection of Lazarus frightened and alarmed Herod, and knowing that the Sanhedrin had dared to condemn Jesus, even in advance of a trial, Herod made up his mind either to kill Jesus or to drive him out of his domains. He really desired to do the latter since he so feared him that he hoped he would not be compelled to execute him.
171:4.6 (1872.3) Cuando escuchó lo que los fariseos tenían que decirle, Jesús respondió: «Conozco bien a Herodes y el miedo que tiene a este evangelio del reino. Pero no os engañéis, preferiría mucho más que el Hijo del Hombre subiera a Jerusalén para sufrir y morir a manos de los jefes de los sacerdotes; como se ha manchado las manos con la sangre de Juan, no tiene el deseo de responsabilizarse de la muerte del Hijo del Hombre. Id a decirle a ese zorro que el Hijo del Hombre predica hoy en Perea, que mañana irá a Judea, y que dentro de unos días habrá terminado su misión en la Tierra y estará preparado para ascender hacia el Padre.»   171:4.6 (1872.3) When Jesus heard what the Pharisees had to say, he replied: “I well know about Herod and his fear of this gospel of the kingdom. But, mistake not, he would much prefer that the Son of Man go up to Jerusalem to suffer and die at the hands of the chief priests; he is not anxious, having stained his hands with the blood of John, to become responsible for the death of the Son of Man. Go you and tell that fox that the Son of Man preaches in Perea today, tomorrow goes into Judea, and after a few days, will be perfected in his mission on earth and prepared to ascend to the Father.”
171:4.7 (1872.4) Luego Jesús se volvió hacia sus apóstoles, y dijo: «Desde los tiempos antiguos los profetas han perecido en Jerusalén, y es apropiado que el Hijo del Hombre vaya a la ciudad de la casa del Padre para ser sacrificado como precio del fanatismo humano, y como consecuencia de los prejuicios religiosos y de la ceguera espiritual. ¡Oh Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y lapidas a los instructores de la verdad! ¡Cuántas veces hubiera querido reunir a tus hijos como una gallina reúne a sus polluelos debajo de sus alas, pero no me has dejado hacerlo! ¡He aquí que tu casa está a punto de quedarse desolada! Muchas veces desearás verme, pero no podrás. Entonces me buscarás, pero no me encontrarás.» Después de haber hablado así, se volvió hacia los que le rodeaban y dijo: «Sin embargo, vayamos a Jerusalén para asistir a la Pascua y hacer lo que nos corresponda para llevar a cabo la voluntad del Padre que está en los cielos.»   171:4.7 (1872.4) Then turning to his apostles, Jesus said: “From olden times the prophets have perished in Jerusalem, and it is only befitting that the Son of Man should go up to the city of the Father’s house to be offered up as the price of human bigotry and as the result of religious prejudice and spiritual blindness. O Jerusalem, Jerusalem, which kills the prophets and stones the teachers of truth! How often would I have gathered your children together even as a hen gathers her own brood under her wings, but you would not let me do it! Behold, your house is about to be left to you desolate! You will many times desire to see me, but you shall not. You will then seek but not find me.” And when he had spoken, he turned to those around him and said: “Nevertheless, let us go up to Jerusalem to attend the Passover and do that which becomes us in fulfilling the will of the Father in heaven.”
171:4.8 (1872.5) Un grupo confundido y desconcertado de creyentes siguió aquel día a Jesús hasta Jericó. En las declaraciones de Jesús sobre el reino, los apóstoles sólo podían discernir la certidumbre del triunfo final; simplemente no se dejaban llevar hasta el punto de estar dispuestos a captar las advertencias de un revés inminente. Cuando Jesús habló de «resucitar al tercer día», se aferraron a que esta declaración significaba un triunfo seguro del reino inmediatamente después de una desagradable escaramuza preliminar con los jefes religiosos de los judíos. El «tercer día» era una expresión corriente judía que significaba «pronto» o «poco después». Cuando Jesús habló de «resucitar», pensaron que se refería a la «resurrección del reino».   171:4.8 (1872.5) It was a confused and bewildered group of believers who this day followed Jesus into Jericho. The apostles could discern only the certain note of final triumph in Jesus’ declarations regarding the kingdom; they just could not bring themselves to that place where they were willing to grasp the warnings of the impending setback. When Jesus spoke of “rising on the third day,” they seized upon this statement as signifying a sure triumph of the kingdom immediately following an unpleasant preliminary skirmish with the Jewish religious leaders. The “third day” was a common Jewish expression signifying “presently” or “soon thereafter.” When Jesus spoke of “rising,” they thought he referred to the “rising of the kingdom.”
171:4.9 (1872.6) Estos creyentes habían aceptado a Jesús como el Mesías, y los judíos no sabían nada o casi nada sobre un Mesías sufriente. No comprendían que Jesús iba a conseguir con su muerte muchas cosas que nunca podría haber logrado con su vida. La resurrección de Lázaro es la que había armado de valor a los apóstoles para entrar en Jerusalén, pero el recuerdo de la transfiguración fue lo que sostuvo al Maestro durante este duro período de su donación.   171:4.9 (1872.6) Jesus had been accepted by these believers as the Messiah, and the Jews knew little or nothing about a suffering Messiah. They did not understand that Jesus was to accomplish many things by his death which could never have been achieved by his life. While it was the resurrection of Lazarus that nerved the apostles to enter Jerusalem, it was the memory of the transfiguration that sustained the Master at this trying period of his bestowal.
5. El ciego de Jericó ^top   5. The Blind Man at Jericho ^top
171:5.1 (1873.1) El jueves 30 de marzo al atardecer, Jesús y sus apóstoles, a la cabeza de un grupo de unos doscientos seguidores, se aproximaron a los muros de Jericó. Al acercarse a la puerta de la ciudad se encontraron con una multitud de mendigos entre los que se hallaba un tal Bartimeo, un anciano que había estado ciego desde su juventud. Este mendigo ciego había oído hablar mucho de Jesús y lo sabía todo sobre la curación del ciego Josías en Jerusalén. No se había enterado de la última visita de Jesús a Jericó hasta que éste había partido hacia Betania. Bartimeo había decidido que nunca más permitiría que Jesús visitara Jericó sin recurrir a él para que le devolviera la vista.   171:5.1 (1873.1) Late on the afternoon of Thursday, March 30, Jesus and his apostles, at the head of a band of about two hundred followers, approached the walls of Jericho. As they came near the gate of the city, they encountered a throng of beggars, among them one Bartimeus, an elderly man who had been blind from his youth. This blind beggar had heard much about Jesus and knew all about his healing of the blind Josiah at Jerusalem. He had not known of Jesus’ last visit to Jericho until he had gone on to Bethany. Bartimeus had resolved that he would never again allow Jesus to visit Jericho without appealing to him for the restoration of his sight.
171:5.2 (1873.2) La noticia de la llegada de Jesús se había difundido por todo Jericó, y centenares de habitantes se habían congregado para salir a su encuentro. Cuando este gran gentío regresó escoltando al Maestro por la ciudad, Bartimeo escuchó el ruido de los pasos de la multitud y supo que ocurría algo fuera de lo normal, por lo que preguntó a los que estaban cerca de él qué era lo que sucedía. Uno de los mendigos le contestó: «Está pasando Jesús de Nazaret.» Cuando Bartimeo escuchó que Jesús estaba cerca, elevó la voz y empezó a gritar: «¡Jesús, Jesús, ten piedad de mí!» Como continuaba gritando cada vez más fuerte, algunos de los que estaban cerca de Jesús fueron hacia él y le reprendieron, pidiéndole que guardara silencio. Pero fue en vano; se limitó a gritar aún más y más fuerte todavía.   171:5.2 (1873.2) News of Jesus’ approach had been heralded throughout Jericho, and hundreds of the inhabitants flocked forth to meet him. When this great crowd came back escorting the Master into the city, Bartimeus, hearing the heavy tramping of the multitude, knew that something unusual was happening, and so he asked those standing near him what was going on. And one of the beggars replied, “Jesus of Nazareth is passing by.” When Bartimeus heard that Jesus was near, he lifted up his voice and began to cry aloud, “Jesus, Jesus, have mercy upon me!” And as he continued to cry louder and louder, some of those near to Jesus went over and rebuked him, requesting him to hold his peace; but it was of no avail; he cried only the more and the louder.
171:5.3 (1873.3) Cuando Jesús escuchó los gritos del ciego, se detuvo. Y cuando lo vio, dijo a sus amigos: «Traedme a ese hombre.» Entonces se acercaron a Bartimeo, diciendo: «Alégrate y ven con nosotros, porque el Maestro te llama.» Cuando Bartimeo escuchó estas palabras, tiró a un lado su manto y saltó hacia el centro de la carretera, mientras que los que estaban cerca lo guiaban hacia Jesús. Dirigiéndose a Bartimeo, Jesús dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?» Entonces el ciego contestó: «Quisiera recobrar la vista.» Cuando Jesús escuchó esta petición y vio su fe, dijo: «Recobrarás la vista; sigue tu camino, tu fe te ha curado.» Bartimeo recuperó inmediatamente la vista y permaneció cerca de Jesús, glorificando a Dios, hasta que el Maestro partió al día siguiente para Jerusalén; entonces precedió a la multitud, proclamando a todo el mundo cómo le habían devuelto la vista en Jericó.   171:5.3 (1873.3) When Jesus heard the blind man crying out, he stood still. And when he saw him, he said to his friends, “Bring the man to me.” And then they went over to Bartimeus, saying: “Be of good cheer; come with us, for the Master calls for you.” When Bartimeus heard these words, he threw aside his cloak, springing forward toward the center of the road, while those near by guided him to Jesus. Addressing Bartimeus, Jesus said: “What do you want me to do for you?” Then answered the blind man, “I would have my sight restored.” And when Jesus heard this request and saw his faith, he said: “You shall receive your sight; go your way; your faith has made you whole.” Immediately he received his sight, and he remained near Jesus, glorifying God, until the Master started on the next day for Jerusalem, and then he went before the multitude declaring to all how his sight had been restored in Jericho.
6. La visita a Zaqueo ^top   6. The Visit to Zaccheus ^top
171:6.1 (1873.4) Cuando la procesión del Maestro entró en Jericó, el Sol estaba a punto de ponerse, y Jesús se dispuso a permanecer allí durante la noche. Mientras pasaba por delante de la aduana, Zaqueo, el jefe publicano o recaudador de impuestos, se encontraba allí por casualidad, y tenía muchos deseos de ver a Jesús. Este jefe publicano era muy rico y había oído hablar mucho de este profeta de Galilea. Había decidido ver qué tipo de hombre era Jesús la próxima vez que visitara Jericó. En consecuencia, Zaqueo trató de abrirse paso entre el gentío, pero éste era demasiado grande, y como era bajo de estatura, no podía ver por encima de las cabezas. Así pues, el jefe publicano siguió a la multitud hasta que llegaron cerca del centro de la ciudad, no lejos de donde él vivía. Cuando vio que no sería capaz de traspasar la multitud, y pensando que Jesús quizás atravesaría la ciudad sin detenerse, se adelantó corriendo y se subió a un sicomoro cuyas ramas extendidas colgaban por encima de la calzada. Sabía que de esta manera podría ver muy bien al Maestro cuando éste pasara. Y no quedó decepcionado porque, al pasar por allí, Jesús se detuvo, levantó la vista hacia Zaqueo, y dijo: «Date prisa en bajar, Zaqueo, porque esta noche he de quedarme en tu casa.» Cuando Zaqueo escuchó estas palabras sorprendentes, estuvo a punto de caerse del árbol en su prisa por bajar y, acercándose a Jesús, expresó su gran alegría porque el Maestro quisiera detenerse en su casa.   171:6.1 (1873.4) When the Master’s procession entered Jericho, it was nearing sundown, and he was minded to abide there for the night. As Jesus passed by the customs house, Zaccheus the chief publican, or tax collector, happened to be present, and he much desired to see Jesus. This chief publican was very rich and had heard much about this prophet of Galilee. He had resolved that he would see what sort of a man Jesus was the next time he chanced to visit Jericho; accordingly, Zaccheus sought to press through the crowd, but it was too great, and being short of stature, he could not see over their heads. And so the chief publican followed on with the crowd until they came near the center of the city and not far from where he lived. When he saw that he would be unable to penetrate the crowd, and thinking that Jesus might be going right on through the city without stopping, he ran on ahead and climbed up into a sycamore tree whose spreading branches overhung the roadway. He knew that in this way he could obtain a good view of the Master as he passed by. And he was not disappointed, for, as Jesus passed by, he stopped and, looking up at Zaccheus, said: “Make haste, Zaccheus, and come down, for tonight I must abide at your house.” And when Zaccheus heard these astonishing words, he almost fell out of the tree in his haste to get down, and going up to Jesus, he expressed great joy that the Master should be willing to stop at his house.
171:6.2 (1874.1) Fueron inmediatamente a la casa de Zaqueo, y los habitantes de Jericó se quedaron muy sorprendidos de que Jesús consintiera en residir con el jefe publicano. Mientras el Maestro y sus apóstoles se demoraban con Zaqueo delante de la puerta de su casa, uno de los fariseos de Jericó que estaba cerca, dijo: «Ya veis cómo este hombre ha ido a alojarse con un hijo apóstata de Abraham, con un pecador que es un opresor y roba a su propio pueblo.» Cuando Jesús escuchó esto, bajó la mirada sobre Zaqueo y sonrió. Entonces Zaqueo se subió en un taburete y dijo: «¡Hombres de Jericó, escuchadme! Quizás soy un publicano y un pecador, pero el gran Instructor ha venido a residir en mi casa. Antes de que entre, os digo que voy a dar la mitad de todos mis bienes a los pobres; y a partir de mañana, si he exigido algo a alguien de manera injusta, le devolveré el cuádruple. Voy a buscar la salvación con todo mi corazón, y a aprender a actuar con rectitud a los ojos de Dios.»   171:6.2 (1874.1) They went at once to the home of Zaccheus, and those who lived in Jericho were much surprised that Jesus would consent to abide with the chief publican. Even while the Master and his apostles lingered with Zaccheus before the door of his house, one of the Jericho Pharisees, standing near by, said: “You see how this man has gone to lodge with a sinner, an apostate son of Abraham who is an extortioner and a robber of his own people.” And when Jesus heard this, he looked down at Zaccheus and smiled. Then Zaccheus stood upon a stool and said: “Men of Jericho, hear me! I may be a publican and a sinner, but the great Teacher has come to abide in my house; and before he goes in, I tell you that I am going to bestow one half of all my goods upon the poor, and beginning tomorrow, if I have wrongfully exacted aught from any man, I will restore fourfold. I am going to seek salvation with all my heart and learn to do righteousness in the sight of God.”
171:6.3 (1874.2) Cuando Zaqueo hubo terminado de hablar, Jesús dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, y te has vuelto en verdad un hijo de Abraham.» Y volviéndose hacia la multitud congregada alrededor de ellos, Jesús dijo: «No os maravilléis por lo que digo ni os ofendáis por lo que hacemos, pues he declarado desde el principio que el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»   171:6.3 (1874.2) When Zaccheus had ceased speaking, Jesus said: “Today has salvation come to this home, and you have become indeed a son of Abraham.” And turning to the crowd assembled about them, Jesus said: “And marvel not at what I say nor take offense at what we do, for I have all along declared that the Son of Man has come to seek and to save that which is lost.”
171:6.4 (1874.3) Se alojaron en casa de Zaqueo durante la noche. A la mañana siguiente se levantaron y se dirigieron por «la ruta de los ladrones» hacia Betania, camino de la Pascua en Jerusalén.   171:6.4 (1874.3) They lodged with Zaccheus for the night. On the morrow they arose and made their way up the “road of robbers” to Bethany on their way to the Passover at Jerusalem.
7. «Mientras Jesús pasaba» ^top   7. “As Jesus Passed By” ^top
171:7.1 (1874.4) Jesús sembraba la alegría por dondequiera que iba. Estaba lleno de benevolencia y de verdad. Sus compañeros nunca dejaron de maravillarse por las palabras agradables que salían de su boca. Podéis cultivar la gentileza, pero la dulzura es el aroma de la amistad que emana de un alma saturada de amor.   171:7.1 (1874.4) Jesus spread good cheer everywhere he went. He was full of grace and truth. His associates never ceased to wonder at the gracious words that proceeded out of his mouth. You can cultivate gracefulness, but graciousness is the aroma of friendliness which emanates from a love-saturated soul.
171:7.2 (1874.5) La bondad impone siempre el respeto, pero cuando está desprovista de agrado, a menudo repele el afecto. La bondad sólo es universalmente atractiva cuando es agradable. La bondad sólo es eficaz cuando es atrayente.   171:7.2 (1874.5) Goodness always compels respect, but when it is devoid of grace, it often repels affection. Goodness is universally attractive only when it is gracious. Goodness is effective only when it is attractive.
171:7.3 (1874.6) Jesús comprendía realmente a los hombres; por eso podía manifestar una simpatía verdadera y mostrar una compasión sincera. Pero rara vez se permitía la lástima. Mientras que su compasión era ilimitada, su simpatía era práctica, personal y constructiva. Su familiaridad con el sufrimiento nunca engendró su indiferencia, y era capaz de ayudar a las almas afligidas sin aumentar la lástima de sí mismas.   171:7.3 (1874.6) Jesus really understood men; therefore could he manifest genuine sympathy and show sincere compassion. But he seldom indulged in pity. While his compassion was boundless, his sympathy was practical, personal, and constructive. Never did his familiarity with suffering breed indifference, and he was able to minister to distressed souls without increasing their self-pity.
171:7.4 (1874.7) Jesús podía ayudar tanto a los hombres porque también los amaba sinceramente. Amaba realmente a cada hombre, a cada mujer y a cada niño. Podía ser un amigo así de auténtico debido a su perspicacia extraordinaria — conocía plenamente el contenido del corazón y de la mente del hombre. Era un observador penetrante y lleno de interés. Era experto en comprender las necesidades humanas y hábil en detectar los anhelos humanos.   171:7.4 (1874.7) Jesus could help men so much because he loved them so sincerely. He truly loved each man, each woman, and each child. He could be such a true friend because of his remarkable insight—he knew so fully what was in the heart and in the mind of man. He was an interested and keen observer. He was an expert in the comprehension of human need, clever in detecting human longings.
171:7.5 (1874.8) Jesús nunca tenía prisa. Tenía tiempo para confortar a sus semejantes «mientras pasaba». Siempre procuraba que sus amigos se sintieran a gusto. Era un oyente encantador. Nunca se dedicaba a explorar de manera indiscreta el alma de sus compañeros. Cuando confortaba a las mentes hambrientas y ayudaba a las almas sedientas, los que recibían su misericordia no tenían el sentimiento de estar confesándose con él, sino más bien de estar conversando con él. Tenían una confianza ilimitada en él porque veían que él tenía también mucha fe en ellos.   171:7.5 (1874.8) Jesus was never in a hurry. He had time to comfort his fellow men “as he passed by.” And he always made his friends feel at ease. He was a charming listener. He never engaged in the meddlesome probing of the souls of his associates. As he comforted hungry minds and ministered to thirsty souls, the recipients of his mercy did not so much feel that they were confessing to him as that they were conferring with him. They had unbounded confidence in him because they saw he had so much faith in them.
171:7.6 (1875.1) Nunca parecía tener curiosidad por la gente, y nunca manifestaba el deseo de dirigirlos, manejarlos o investigarlos. Inspiraba una profunda confianza en uno mismo y una sólida valentía a todos los que disfrutaban de su compañía. Cuando le sonreía a un hombre, ese mortal experimentaba una mayor capacidad para resolver sus múltiples problemas.   171:7.6 (1875.1) He never seemed to be curious about people, and he never manifested a desire to direct, manage, or follow them up. He inspired profound self-confidence and robust courage in all who enjoyed his association. When he smiled on a man, that mortal experienced increased capacity for solving his manifold problems.
171:7.7 (1875.2) Jesús amaba tanto a los hombres y de manera tan sabia, que nunca dudaba en ser severo con ellos cuando las circunstancias requerían dicha disciplina. Para ayudar a una persona, a menudo empezaba por pedirle ayuda. De esta manera suscitaba su interés, recurría a lo mejor que posee la naturaleza humana.   171:7.7 (1875.2) Jesus loved men so much and so wisely that he never hesitated to be severe with them when the occasion demanded such discipline. He frequently set out to help a person by asking for help. In this way he elicited interest, appealed to the better things in human nature.
171:7.8 (1875.3) El Maestro podía discernir la fe salvadora en la burda superstición de la mujer que buscaba la curación mediante el acto de tocar el borde de su manto. Siempre estaba preparado y dispuesto a interrumpir un sermón o a hacer esperar a una multitud mientras atendía las necesidades de una sola persona, o incluso de un niño pequeño. Sucedían grandes cosas no solamente porque la gente tenía fe en Jesús, sino también porque Jesús tenía mucha fe en ellos.   171:7.8 (1875.3) The Master could discern saving faith in the gross superstition of the woman who sought healing by touching the hem of his garment. He was always ready and willing to stop a sermon or detain a multitude while he ministered to the needs of a single person, even to a little child. Great things happened not only because people had faith in Jesus, but also because Jesus had so much faith in them.
171:7.9 (1875.4) La mayoría de las cosas realmente importantes que Jesús dijo o hizo parecieron suceder por casualidad, «mientras pasaba». El ministerio terrenal del Maestro tuvo muy pocos aspectos profesionales, bien planeados o premeditados. Concedía la salud y sembraba la alegría con naturalidad y gentileza mientras viajaba por la vida. Era literalmente cierto que «iba de un sitio para otro haciendo el bien».   171:7.9 (1875.4) Most of the really important things which Jesus said or did seemed to happen casually, “as he passed by.” There was so little of the professional, the well-planned, or the premeditated in the Master’s earthly ministry. He dispensed health and scattered happiness naturally and gracefully as he journeyed through life. It was literally true, “He went about doing good.”
171:7.10 (1875.5) A los seguidores del Maestro de todos los tiempos les incumbe aprender a ayudar «mientras pasan» — a hacer el bien desinteresadamente mientras se dirigen a sus obligaciones diarias.   171:7.10 (1875.5) And it behooves the Master’s followers in all ages to learn to minister as “they pass by”—to do unselfish good as they go about their daily duties.
8. La parábola de las minas ^top   8. Parable of the Pounds ^top
171:8.1 (1875.6) No salieron de Jericó hasta cerca del mediodía, pues la noche anterior se habían quedado levantados hasta tarde mientras Jesús enseñaba el evangelio del reino a Zaqueo y a su familia. El grupo se detuvo para almorzar casi a medio camino de la carretera que subía hasta Betania, mientras la multitud continuaba pasando hacia Jerusalén, sin saber que Jesús y los apóstoles iban a permanecer aquella noche en el Monte de los Olivos.   171:8.1 (1875.6) They did not start from Jericho until near noon since they sat up late the night before while Jesus taught Zaccheus and his family the gospel of the kingdom. About halfway up the ascending road to Bethany the party paused for lunch while the multitude passed on to Jerusalem, not knowing that Jesus and the apostles were going to abide that night on the Mount of Olives.
171:8.2 (1875.7) A diferencia de la parábola de los talentos, que estaba destinada a todos los discípulos, la parábola de las minas fue contada más expresamente para los apóstoles, y estaba ampliamente basada en la experiencia de Arquelao y su inútil tentativa por conseguir el gobierno del reino de Judea. Ésta es una de las pocas parábolas del Maestro que estaba basada en un personaje histórico real. No era raro que hubieran pensado en Arquelao, ya que la casa de Zaqueo en Jericó estaba muy cerca del adornado palacio de Arquelao, y su acueducto bordeaba la carretera por la que habían salido de Jericó.   171:8.2 (1875.7) The parable of the pounds, unlike the parable of the talents, which was intended for all the disciples, was spoken more exclusively to the apostles and was largely based on the experience of Archelaus and his futile attempt to gain the rule of the kingdom of Judea. This is one of the few parables of the Master to be founded on an actual historic character. It was not strange that they should have had Archelaus in mind inasmuch as the house of Zaccheus in Jericho was very near the ornate palace of Archelaus, and his aqueduct ran along the road by which they had departed from Jericho.
171:8.3 (1875.8) Jesús dijo: «Creéis que el Hijo del Hombre va a Jerusalén para recibir un reino, pero os aseguro que estáis destinados a sufrir una decepción. ¿No recordáis la historia de cierto príncipe que fue a un país lejano para recibir un reino? Antes incluso de que pudiera regresar, los ciudadanos de su provincia, que ya lo habían rechazado en su corazón, enviaron una embajada tras él, diciendo: ‘No queremos que este hombre reine sobre nosotros.` De la misma manera que la soberanía temporal de este rey fue rechazada, la soberanía espiritual del Hijo del Hombre también va a ser rechazada. Declaro de nuevo que mi reino no es de este mundo; pero si al Hijo del Hombre le hubieran concedido la soberanía espiritual de su pueblo, habría aceptado ese reino de las almas de los hombres y habría reinado sobre ese imperio de corazones humanos. A pesar de que rechazan mi soberanía espiritual sobre ellos, regresaré de nuevo para recibir de otras personas este reino del espíritu que ahora me niegan. Veréis que el Hijo del Hombre será rechazado ahora, pero en otra época, aquello que los hijos de Abraham rechazan ahora, será aceptado y exaltado.   171:8.3 (1875.8) Said Jesus: “You think that the Son of Man goes up to Jerusalem to receive a kingdom, but I declare that you are doomed to disappointment. Do you not remember about a certain prince who went into a far country to receive for himself a kingdom, but even before he could return, the citizens of his province, who in their hearts had already rejected him, sent an embassy after him, saying, ‘We will not have this man to reign over us’? As this king was rejected in the temporal rule, so is the Son of Man to be rejected in the spiritual rule. Again I declare that my kingdom is not of this world; but if the Son of Man had been accorded the spiritual rule of his people, he would have accepted such a kingdom of men’s souls and would have reigned over such a dominion of human hearts. Notwithstanding that they reject my spiritual rule over them, I will return again to receive from others such a kingdom of spirit as is now denied me. You will see the Son of Man rejected now, but in another age that which the children of Abraham now reject will be received and exalted.
171:8.4 (1876.1) «Y ahora, al igual que el noble rechazado de esta parábola, quisiera convocar ante mí a mis doce servidores, a mis administradores especiales, y entregaros a cada uno la suma de una mina. Os recomiendo a todos que prestéis mucha atención a mis instrucciones sobre cómo comerciar diligentemente con el capital que se os ha confiado durante mi ausencia, para que tengáis con qué justificar vuestra administración cuando yo regrese, cuando se os pida que rindáis cuentas.   171:8.4 (1876.1) “And now, as the rejected nobleman of this parable, I would call before me my twelve servants, special stewards, and giving into each of your hands the sum of one pound, I would admonish each to heed well my instructions that you trade diligently with your trust fund while I am away that you may have wherewith to justify your stewardship when I return, when a reckoning shall be required of you.
171:8.5 (1876.2) «Pero aunque este Hijo rechazado no regrese, otro Hijo será enviado para recibir este reino, y entonces ese Hijo enviará a buscaros a todos para recibir el informe de vuestra administración y para regocijarse por vuestras ganancias.   171:8.5 (1876.2) “And even if this rejected Son should not return, another Son will be sent to receive this kingdom, and this Son will then send for all of you to receive your report of stewardship and to be made glad by your gains.
171:8.6 (1876.3) «Cuando estos administradores fueron convocados posteriormente para rendir cuentas, el primero se adelantó, diciendo: ‘Señor, con tu mina he ganado diez minas más.` Y su señor le dijo: ‘Bien hecho; eres un buen servidor; como te has mostrado fiel en este asunto, te daré autoridad sobre diez ciudades.` El segundo vino, diciendo: ‘La mina que me dejaste Señor, ha producido cinco minas.` Y el señor dijo: ‘En consecuencia, te haré gobernante de cinco ciudades.` Y así sucesivamente con todos los demás, hasta que el último servidor fue llamado para rendir cuentas, y dijo: ‘Mira, Señor, he aquí tu mina que he guardado a salvo envuelta en esta servilleta. Hice esto porque tenía miedo de ti; creí que eras desrazonable, puesto que recoges allí donde no has depositado nada, y pretendes cosechar allí donde no has sembrado.` Entonces dijo su señor: ‘Eres un servidor negligente e infiel, y voy a juzgarte por tus propias palabras. Sabías que recojo la cosecha allí donde aparentemente no he sembrado; sabías por tanto que se te pediría esta rendición de cuentas. Sabiendo esto, al menos podrías haber entregado mi dinero al banquero, para poder recuperarlo a mi regreso con un interés adecuado.`   171:8.6 (1876.3) “And when these stewards were subsequently called together for an accounting, the first came forward, saying, ‘Lord, with your pound I have made ten pounds more.’ And his master said to him: ‘Well done; you are a good servant; because you have proved faithful in this matter, I will give you authority over ten cities.’ And the second came, saying, ‘Your pound left with me, Lord, has made five pounds.’ And the master said, ‘I will accordingly make you ruler over five cities.’ And so on down through the others until the last of the servants, on being called to account, reported: ‘Lord, behold, here is your pound, which I have kept safely done up in this napkin. And this I did because I feared you; I believed that you were unreasonable, seeing that you take up where you have not laid down, and that you seek to reap where you have not sown.’ Then said his lord: ‘You negligent and unfaithful servant, I will judge you out of your own mouth. You knew that I reap where I have apparently not sown; therefore you knew this reckoning would be required of you. Knowing this, you should have at least given my money to the banker that at my coming I might have had it with proper interest.’
171:8.7 (1876.4) «Entonces este gobernante dijo a los que estaban allí: ‘Quitadle el dinero a este servidor perezoso y dadselo al que tiene diez minas.` Cuando le recordaron al señor que el primer servidor ya tenía diez minas, dijo: ‘A todo el que tiene se le dará más, pero al que no tiene nada, incluso lo que tiene se le quitará.`»   171:8.7 (1876.4) “And then said this ruler to those who stood by: ‘Take the money from this slothful servant and give it to him who has ten pounds.’ And when they reminded the master that such a one already had ten pounds, he said: ‘To every one who has shall be given more, but from him who has not, even that which he has shall be taken away from him.’”
171:8.8 (1876.5) A continuación, los apóstoles trataron de conocer la diferencia entre el significado de esta parábola y el de la parábola anterior de los talentos, pero en respuesta a sus numerosas preguntas, Jesús se limitó a decir: «Meditad bien estas palabras en vuestro corazón mientras cada uno descubre su verdadero significado.»   171:8.8 (1876.5) And then the apostles sought to know the difference between the meaning of this parable and that of the former parable of the talents, but Jesus would only say, in answer to their many questions: “Ponder well these words in your hearts while each of you finds out their true meaning.”
171:8.9 (1876.6) Natanael fue el que enseñó muy bien el significado de estas dos parábolas en los años posteriores, y resumió sus enseñanzas en las conclusiones siguientes:   171:8.9 (1876.6) It was Nathaniel who so well taught the meaning of these two parables in the after years, summing up his teachings in these conclusions:
171:8.10 (1876.7) 1. La capacidad es la medida práctica de las oportunidades de la vida. Nunca seréis considerados responsables de tener que realizar algo que sobrepase vuestras capacidades.   171:8.10 (1876.7) 1. Ability is the practical measure of life’s opportunities. You will never be held responsible for the accomplishment of that which is beyond your abilities.
171:8.11 (1876.8) 2. La fidelidad es la medida infalible de la honradez humana. Es probable que el que es fiel en las cosas pequeñas, también mostrará fidelidad en todo lo que sea compatible con sus talentos.   171:8.11 (1876.8) 2. Faithfulness is the unerring measure of human trustworthiness. He who is faithful in little things is also likely to exhibit faithfulness in everything consistent with his endowments.
171:8.12 (1876.9) 3. El Maestro concede una recompensa menor por una fidelidad menor cuando las oportunidades son iguales.   171:8.12 (1876.9) 3. The Master grants the lesser reward for lesser faithfulness when there is like opportunity.
171:8.13 (1877.1) 4. Concede una recompensa igual por una fidelidad igual cuando las oportunidades son menores.   171:8.13 (1877.1) 4. He grants a like reward for like faithfulness when there is lesser opportunity.
171:8.14 (1877.2) Cuando hubieron terminado de almorzar, y después de que la multitud de seguidores hubiera continuado hacia Jerusalén, Jesús se hallaba de pie delante de los apóstoles a la sombra de una roca que sobresalía por encima del camino. Con una dignidad jovial y una graciosa majestad, señaló con el dedo hacia el oeste y dijo: «Venid, hermanos míos, entremos en Jerusalén, para recibir allí lo que nos espera; así cumpliremos la voluntad del Padre celestial en todas las cosas.»   171:8.14 (1877.2) When they had finished their lunch, and after the multitude of followers had gone on toward Jerusalem, Jesus, standing there before the apostles in the shade of an overhanging rock by the roadside, with cheerful dignity and a gracious majesty pointed his finger westward, saying: “Come, my brethren, let us go on into Jerusalem, there to receive that which awaits us; thus shall we fulfill the will of the heavenly Father in all things.”
171:8.15 (1877.3) Y así, Jesús y sus apóstoles reanudaron este viaje, el último que hacía el Maestro a Jerusalén en la similitud de la carne del hombre mortal.   171:8.15 (1877.3) And so Jesus and his apostles resumed this, the Master’s last journey to Jerusalem in the likeness of the flesh of mortal man.